20090225

Poemas cortos para leer en el biorsi. n° 2

Fanta fanta fanta
despierto de mis sueños bronceados
y vos estas ahí
a pocos centímetros
preparas café como ninguna otra
con tu hilo de voz Pantoja
pretendes cambiar el mundo
Mordiendo y mordiendo mis orejas.
estoy navengando con Caronte
en el mar de la nada.
oh Fanta, Fanta, Fanta!
nos estamos poniendo viejos
no nos gastemos
somos seres naranjas
mi vida será el mar.
Cosme.


Siento, siento correr
dentro de mí, los gérmenes caer
siempre cuesta abajo
me empalagan y me irritan
mañana quizá me sienta enfermo
y tiritando entre las sábanas te maldiga
y quizá sea mentira
porque aún en la mas mortal
fiebre meningitosa
negaré que la desgracia vino de tus manos
la muerte es un adorno tan bello
y tan fútil
que los seres no llegarán jamas a comprenderlo

Señor Ojete

Semper Fidelis, I

Capítulo I




Versículo 1.


Bajó de aquel bus pegajoso que lo trajo de Frias, hambriento y con la boca seca.

La estación de Constitución era puro bochinche, un hormiguero colosal, bocinas, faldas y celulares.

Silvio caminaba sonriente, algo emocionado, llegando a la plaza, sentose en un banco.Lleno de felicidad, recordó con orgullo el rostro de sus padres al partir del bus, El rostro del matrimonio Bustamante viendo al menor de los 17 hermanos Bustamante yendo a ganarse la vida, a conquistar el mundo era algo que lo estremecía y le ponía la piel de gallina. Se le piantó un lagrimón, se paró, y secándose el sudor de la frente con la muñeca, siguió con su camino.

En un puesto callejero pidió un jugo de naranja pero le dieron una Manaos pomelo amarillo Bart Simpson, la cual estaba helada y bebió gustosamente. Se dejó rendir ante el aroma y el color de unos chorizos asándose en la resolana. Cuando se acercó al puesto, el gordo Barbosa lo recibió con un -sale un chori master?

Silvio acepto, asintiendo con la cabeza.

-vos no sos de acá, no? preguntó el obeso vendedor, mientras cortaba en dos el pan.

-No, acabo de llegar, soy de Frias, Santiago del Estero.

-Santiagueño eh!, cansado por el viaje? Barbosa mostraba una sonrisa cómplice.

-Un poco-

A continuación Barbosa inició su mejor repertorio de chistes de santiagueños, que tenia acumulado, esos que en los asados o reuniones de unidades básicas lo hacen sentir como un hermano Marx.

La sesión de mofa, comenzó a irritar a Silvio, vociferó un

-Si, asi dicen, tenemos famas de fiacas, Silvio Bustamante encantado de conocerlo.

Estrechó la mano de Barbosa, le dió un mordisco al sanguche y siguió su camino.

La primera parte del plan era buscar un hotel, bañarse, luego salir a recorrer Buenos Aires, estaba ansioso por conocer muchos puntos de la ciudad, el obelisco, la casa rosada, el mercado del abasto, el cabildo entre otros.

Caminó un par de cuadras, encontró un hotel, el "San José Hotel" parecía amigable, al menos su fachada. Lo atendió una muchacha china que hablaba con monosílabos

-habitación 2, piso 5- entregándole la llave dentro de un sobre.

Afuera hacia alrededor de treinta grados, la habitación que le habían otorgado doblaba la apuesta. Prendió el ventilador cuasi-portátil que estaba en la meza de luz, se dió una ducha tibia, se afeitó, se acomodó en la cama de una plaza, para revisar la "Guia de Buenos Aires" que habia comprado antes de partir. Sus músculos encontraron alivio en el lecho, su cuerpo comenzó a relajarse, sus ojos comenzaron a ceder y sin querer queriendo la siesta lo devoró.

Cuando despertó ya se había hecho de noche

-no importa, mañana será otro día, se dijo

Dio la vuelta y siguió con sus sueños.

Sueños con hadas y duendes, con vasos gigantes cargados de vino derramándose, sueños raros tubo esa noche.